domingo, 22 de enero de 2017

Lawrence de Arabia (Lawrence of Arabia, 1962)

Actualmente las secuencias espectaculares en las que participan numerosos extras tienden a solucionarse mediante ordenador con lo que se abaratan costes y se reducen riesgos, pero en los años 60 esa tecnología no estaba disponible y había que recurrir a contratar a grupos numerosos de personas para acometer estas empresas, lo que suponía una gran labor de coordinación y logística, con unos costes (tanto económicos como en tiempo de rodaje) muy importantes. Sin embargo, hay films donde estas inconveniencias merecen la pena por el resultado final, como el largometraje que nos va a ocupar hoy (así como algún otro sobre el que tratamos con anterioridad). Se hace difícil hablar de un clásico y de un excelente director, pero hoy vamos a tratar de desentrañar brevemente la epopeya de...
 

Lawrence de Arabia

 
Ficha técnico-artística:
Título original: Lawrence of Arabia.
Año de producción: 1962.
Director: David Lean.
Producción: Sam Spiegel, David Lean. 
Guión: Robert Bolt, Michael Wilson, basado en los escritos de T.E. Lawrence.
Fotografía: Freddie Young.
Montaje: Anne V. Coates.
Música: Maurice Jarre.
Reparto: Peter O’Toole, Alec Guinness, Anthony Quinn, Jack Hawkins, Omar Sharif, José Ferrer, Anthony Quayle, Claude Rains, Arthur Kennedy.
Género: Aventuras / Bélica / Biografía / Drama / Histórica.
Nacionalidad: Reino Unido / Estados Unidos.
Duración: 219 minutos.
 
Sinopsis:
Se narra la historia de T.E. Lawrence, oficial británico que unificó y lideró a las diversas tribus árabes (a menudo en guerras entre si) durante la I Guerra Mundial para combatir a los turcos. Debido a sus conocimientos sobre las tribus beduinas, el teniente británico T.E. Lawrence es enviado a Arabia para encontrar al príncipe Faisal y servir de enlace entre los árabes y los británicos en su guerra contra los turcos. Con la ayuda del nativo Sherif Ali, Lawrence se rebela contra las órdenes de sus superiores y comienza un osado viaje a camello a través del desierto para atacar un puerto turco celosamente custodiado.
 
Trailer de la película (Lawrence of Arabia, 1962).
Comentario:
Se me hace difícil comentar una película como Lawrence de Arabia por el simple hecho de que ya hay kilómetros de papel y muchos bytes dedicados a ella, por lo que contar algo nuevo es prácticamente imposible. Aún así, lo voy a intentar aunque, probablemente, no aporte nada nuevo además de mi opinión personal sobre esta obra que muchos sitúan entre las mejores películas de todos los tiempos... lo que tiene una razón de ser, claro está.
De hecho, numerosos factores se juntaron para dar forma de película a esta historia y, muchos de ellos, prometían lo mejor desde el primer momento. Por ejemplo, el dúo productor-director, Spiegel y Lean, estaba acostumbrado a producciones de este calado como lo demuestra su anterior colaboración: El Puente sobre el Río Kwai (The Bridge on the River Kwai, 1958) que habían estrenado cuatro años antes. Sin ir más lejos, el público demandaba un nuevo largometraje del aclamado director británico, que supo ofrecer una nueva epopeya fílmica de grandiosas proporciones. Para ello contó con la ayuda de un productor como Spiegel, con quien ya había trabajado, y que confiaba plenamente en la capacidad y habilidad de Lean para afrontar el reto de llevar a la pantalla la historia de T.E. Lawrence, más conocido como Lawrence de Arabia.
 
Excelentes encuadres (Lawrence of Arabia, 1962).
 
Entrando más en detalle en el análisis del film, lo primero que llama la atención es la espectacularidad de la planificación y la puesta en escena, que se ve acentuada por una soberbia fotografía que realza, de manera muy lograda, la belleza de las localizaciones y sus coloridos. En este sentido, la labor del responsable de este aspecto técnico, Freddie Young, es más que encomiable (y más teniendo en cuenta a las temperaturas a las que se llegó a trabajar); como también lo es el hecho de que gran parte de las secuencias de exteriores se rodaron en los mismos lugares en los que sucedieron realmente, el desierto de Jordania, aunque se permitieron la libertad de rodar algunas secuencias en el sur de España (el ataque a Aqaba se rodó en una bahía almeriense y las secuencias en el cuartel británico fueron rodadas en Sevilla). Conviene aclarar que el gobierno jordano y sus habitantes facilitaron en gran medida la labor del equipo de producción. Con todo, no es de extrañar que se necesitaran muchos meses para rodar esta historia.
 
El paisaje es un elemento muy importante en el film (Lawrence of Arabia, 1962).
 
Llegados a este punto, parece lógico que el largometraje tenga una duración cercana a las cuatro horas, ¿verdad? A pesar de ello, el montaje contribuye a que el ritmo narrativo no decaiga en muchos momentos en los que la acción se ralentiza... y es que esto no es Indiana Jones pero estoy seguro de que Spielberg tomó buena nota de los hallazgos de Lean en esta película para crear a su conocido arqueólogo. Volviendo al pulso narrativo de Lawrence de Arabia (disculpad pero tiendo a divagar...), la película tiene algunos altibajos pero es algo normal en cintas de esta duración.
 
Introducción del personaje de Omar Sharif en Lawrence de Arabia (Lawrence of Arabia, 1962).
Siguiendo con el montaje, a modo de ejemplo, cuando se le asigna la misión al personaje de Lawrence, hacia el inicio del film, se produce un excelente corte con cambio de plano cuando el personaje principal apaga una cerilla e, inmediatamente, pasamos a ver un amanecer en el desierto; el único adjetivo que se me ocurre es “majestuoso”. De hecho, es una yuxtaposición de imágenes de gran belleza y que se presta a múltiples interpretaciones ya que sugiere un gran número de cosas, por ejemplo, el final de una etapa y el comienzo de otra dentro de la epopeya vital de Lawrence. En la pantalla de un ordenador pierde mucho, pero lo podéis disfrutar en este vídeo. Como curiosidad, deciros que este estilo de montaje de corte directo (no muy habitual en el cine de Hollywood de la época) se lo sugirió la montadora, Anne V. Coates, al propio Lean tras visionar varios largometrajes de la Nouvelle Vague francesa.
 
Inicio de la misión (Lawrence of Arabia, 1962).
 
En cuanto a la dirección, es una gozada, David Lean es un maestro: domina las escenas intimistas y dramáticas, las de batalla, el encuadre, se aprovecha del paisaje para emplearlo como un personaje más, resalta los colores (juega con los opuestos)… todo muy hábilmente hilvanado.
 
Ataque a Aquaba (Lawrence of Arabia, 1962).
 
Otro gran acierto es el casting, a pesar de que vemos al gran actor británico Alec Guinness como un príncipe árabe, lo que le resta credibilidad al film aunque Sir Guinness borda su personaje. Los, por aquel entonces, desconocidos Peter O’Toole y Omar Sharif alcanzaron el estrellato mundial con su participación en esta película y es que, el actor irlandés tenía fama teatral pero no había protagonizado ningún largometraje hasta Lawrence de Arabia y sabe dotar de profundidad a un personaje complejo y que demanda mucho tanto a nivel físico como psicológico. Por otra parte, el actor egipcio, Sharif, era una estrella en Oriente Medio pero un desconocido para el público occidental hasta su participación en Lawrence de Arabia y en la que ya muestra la fuerza expresiva de su mirada y un buen control del lenguaje corporal. Junto a estos tres actores, destaca la presencia de la “requerida” estrella norteamericana, en este caso Anthony Quinn, quien interpreta a Auda Abu Tayi, un líder de una gran banda de forajidos beduinos. Su aproximación al personaje es, a la vez, amenazante y explosiva; gran interpretación por parte del actor mexicano. Ni que decir tiene que la presencia de dos actorazos británicos de la talla de Jack Hawkins (como el general Allenby) y Claude Rains (como el diplomático Dryden) refuerza un excelente reparto y, de hecho, Rains se apropia de todas las escenas en las que aparece sin necesidad de realizar ningún alarde singular. Completan el extraordinario reparto principal Anthony Quayle y José Ferrer. Como curiosidades, el papel principal fue ofrecido a Marlon Brando quien no aceptó y, curiosamente (ya que es bastante gracioso) el equipo de producción no quería que un árabe interpretase el papel que finalmente sería para Sharif y se propuso al alemán Horst Buchholz, lo que no deja de ser un poco estrambótico.
 
 
Peter O’Toole, Anthony Quinn y Omar Sharif en Lawrence de Arabia (Lawrence of Arabia, 1962).
Jack Hawkins como el general Allenby (Lawrence of Arabia, 1962).

Alec Guinnes y David Lean preparándose para el rodaje (Lawrence of Arabia, 1962).
Claude Rains como Dryden (Lawrence of Arabia, 1962).

José Ferrer caracterizado como oficial turco (Lawrence of Arabia, 1962).

Alec Guinness y Arthur Kennedy en Lawrence de Arabia (Lawrence of Arabia, 1962).
 
O'Toole y Sharif (Lawrence of Arabia, 1962).
 
Ya hemos hablado de la fotografía espectacular, de las excelentes interpretaciones, de la dirección milimetrada, nos falta decir que la música de Maurice Jarre es muy sugerente, con muchas reminiscencias árabes y encaja a la perfección con las imágenes del desierto. Otro gran acierto.
Bueno, estaréis pensando, algún fallo tendrá que tener (además de la elección de Guinness como el príncipe Faisal, no porque el actor lo haga mal, que no es así, si no porque uno no acaba de ver al personaje si no al actor) y, efectivamente, lo hay… el guión de Robert Bolt, basado en el libro Los Siete Pilares de la Sabiduría (The Seven Pillars of Wisdom) del propio T.E. Lawrence, es lento y ofrece una visión muy reducida de la vida interna del aventurero. Además, contiene varios fallos históricos (https://www.youtube.com/watch?v=R9scZDbKxtY), si bien ya se sabe que en Hollywood predomina el espectáculo sobre la veracidad histórica. Por el contrario, en su favor debemos decir que el guión no toma partido por la figura de Lawrence, tal y como suele suceder en los biopics.
 
Peter O'Toole como un abatido y cansado Lawrence (Lawrence of Arabia, 1962).
 
En total, esta película fue premiada con 7 Óscar: mejor película, mejor director, mejor fotografía, mejor montaje, mejor dirección artística, mejor sonido y mejor banda sonora. Además, ganó varios premios BAFTA, globos de oro, entre otros reconocimientos.
 
Bellísima labor de cámara (Lawrence of Arabia, 1962).
 
Aunque el film dura casi 4 horas, no aburre en ningún momento, gracias a la formidable interpretación y a la bellísima labor de la cámara. En resumen, Lawrence de Arabia, a pesar de su duración, es una película entretenida, de una factura formal de primera categoría, con buenas interpretaciones, un rodaje en exteriores de gran belleza, una música evocadora... como ya he dicho, es difícil encontrarle defectos. En IMDB (http://www.imdb.com/title/tt0080749/?ref_=fn_al_tt_2) la valoran con un 8.3/10 tras la votación de 200719 usuarios de esta base de datos (lo que la sitúa entre las 250 mejor valoradas, concretamente en el puesto 82). Para muchos es la mejor producción de su director, y no les falta razón, pero un realizador capaz de dejarnos trabajos como Breve Encuentro (Brief Encounter, 1948), El Puente sobre el Río Kwai (The Bridge on the River Kwai, 1958) o Doctor Zhivago (1965), entre otros, tiene títulos para todos los gustos. A mí, personalmente, me gusta más la poética e intimista Breve Encuentro, pero está claro que Lawrence de Arabia es, por derecho propio, uno de los grandes títulos de la Historia del Cine.
 
Calificación global: 95/100

miércoles, 4 de enero de 2017

La Niebla (The Fog, 1980)

El género fantástico y de terror está plagado de títulos de extraordinaria calidad cinematográfica y otros que no poseen mucho interés desde el punto de vista técnico pero que, por alguna razón, son aclamados por un gran número de espectadores. En ambos casos se trata de películas de culto. El título que os propongo hoy reúne una envidiable calidad técnica y cierto estatus como largometraje de culto aunque, quizá, no sea lo más logrado de su director; en cualquier caso, creo que os va a gustar descubrir qué se esconde en...
 

La Niebla

 
Ficha técnico-artística:
Título original: The Fog.
Año de producción: 1980.
Director: John Carpenter.
Producción: Barry Bernardi, Charles B. Bloch, Pegi Brotman, Debra Hill. 
Guión: John Carpenter, Debra Hill.
Fotografía: Dean Cundey.
Montaje: Charles Bornstein, Tommy Lee Wallace.
Música: John Carpenter.
Reparto: Adrienne Barbeau, Jamie Lee Curtis, Janet Leigh, John Houseman, Tom Atkins, James Canning, Charles Cyphers, Nancy Kyes, Ty Mitchell, Hal Holbrook.
Género: Fantástico / Terror.
Nacionalidad: Estados Unidos.
Duración: 87 minutos.
 
Sinopsis:
En la costa de California se alza el pintoresco centro turístico de Antonio Bay. Mientras sus residentes se preparan para celebrar el centenario de la ciudad, la tripulación de un pesquero aparece asesinada en extrañas circunstancias. Al mismo tiempo, una misteriosa niebla se desplaza hacia la ciudad, donde comienzan a producirse sucesos de difícil explicación. Parece ser que una maldición pesa sobre la ciudad...
Tráiler de la película (The Fog, 1980).
 
Comentario:
Tras haber realizado varios largometrajes – Dark Star (1974), Assault on Precinct 13 (1976), Halloween (1978) – y algunos encargos televisivos (entre ellos un biopic sobre Elvis protagonizado por Kurt Russell), John Carpenter tenía cierto estatus en la industria cinematográfica y, en especial, dentro del género fantástico y de terror. En consecuencia, los aficionados a este género esperaban una nueva película de este director.
 
John Carpenter dirigiendo a Adrienne Barbeau (The Fog, 1980).
 
 
El proyecto que se planteó se gestó a partir de varias fuentes como una película británica de finales de los años 50 titulada The Trollenberg Terror (https://en.wikipedia.org/wiki/The_Trollenberg_Terror) que Carpenter había visto, así como una visita a Stonehenge con su pareja (la productora Debra Hill) y el hundimiento de un buque cerca de Goleta (California) en el siglo XIX. Además, La Niebla formaba parte del par de películas que, por contrato, Carpenter debía a AVCO-Embassy. Añadir que el tono de la película nos remite al terror romántico/gótico del siglo XIX y, de hecho, se hacen referencias al mismo desde el principio con una cita de un poema de Edgar Allan Poe. Otras curiosidades son que algunos nombres se corresponde con el de personajes de sus películas anteriores o de gente que había trabajado con él, así como de algún escritor de terror gótico. Además, el propio Carpenter realiza un cameo al inicio del film como un manitas que realiza reparaciones en la iglesia.
 
¿Qué oculta esta misteriosa niebla? (The Fog, 1980).
Desde mi punto, cuando se realiza un film de terror o fantástico es muy importante crear una atmósfera que implique al público de manera emocional y lo haga sumirse en la trama que se está narrando. Para ello, el encontrar localizaciones adecuadas es esencial y, en este caso concreto, Carpenter lo logró. Por ejemplo, las secuencias rodadas en el faro y en la iglesia son de una gran calidad puesto que, por una parte, se crea un ambiente de soledad e indefensión y, por otra, tenemos una sensación de oscuridad y claustrofobia. Además, la tensión que acumulan estas secuencias hasta su clímax está muy bien dosificada.
 
La elección de las localizaciones fue un gran acierto (The Fog, 1980).
 
De hecho, uno de los puntos fuertes de este largometraje es la gradación del suspense y de la tensión, en los que Carpenter demuestra tener un control y dominio totales. Esta dirección hábil se combina con un montaje que posee momentos de gran efectividad dramática como, por ejemplo, en la secuencia que se desarrolla en la morgue tras descubrir el cadáver de un marinero y que juega con planos breves y muchos cortes.
Siguiendo con aspectos técnicos, la música es de corte similar a la de su anterior largometraje (Halloween, 1978) y, sin ser una maravilla, se adapta perfectamente a la atmósfera creada dentro de la película, resultando muy efectiva. Por otra parte, los efectos especiales, a día de hoy, pueden verse un poco pasados de moda pero resultan enormemente efectivos.
 
Adrienne Barbeau (The Fog, 1980).
En cuanto al reparto y al guión, lo primero que se debe destacar es que muchos personajes están muy desdibujados y no se prestan a interpretaciones de gran calidad. De hecho, algunos de los actores no parecen muy convencidos de su papel. Desde mi punto de vista, Jamie Lee Curtis está peor que en su anterior colaboración con Carpenter y esto se deba quizá a que su personaje parece que está como de prestado dentro de la trama... al igual que el de Tommy Atkins. Otros personajes parece que huyen o se esconden de un pasado que permanece desconocido para el espectador, aunque este hecho tiene cierto sentido dentro de la trama. Sin embargo, el film cuenta con la participación de varios veteranos como Janet Leigh o Hal Holbrook, que aportan su saber hacer a pesar de no encontrarse en sus mejores papeles.
 
Jamie Lee Curtis (The Fog, 1980).
 
Finalmente, me gustaría destacar la secuencia del prólogo en el que un marinero (John Houseman) cuenta una breve historia de terror a un grupo de niños poco antes de la medianoche y que es de lo mejor del film puesto que, aparte de la excelente planificación y montaje, juega con la complicidad del espectador y permite adentrarnos en la historia. Curiosamente, esta secuencia se añadió una vez finalizado el rodaje debido a que a Carpenter no le había gustado el resultado obtenido en un primer montaje de la película (se dice que el 33% de la película proviene de nuevas adiciones tras ese primer montaje).
 
Excelente comienzo de La Niebla (The Fog, 1980).
 
 
En resumen, La Niebla es una película directa, ágil, contiene sustos para los amantes del género de terror y posee un buen nivel de calidad técnica que se apoya en un ritmo narrativo cercano al de los series B de los años 50 del siglo pasado. En IMDB (http://www.imdb.com/title/tt0080749/?ref_=fn_al_tt_2) la valoran con un 6.8/10 tras la votación de 48107 usuarios de esta base de datos. A pesar de no ser la mejor producción de su director, se disfruta con agrado y hará las delicias de los amantes del género. Antes de que se me olvide, en YouTube podéis encontrar más información sobre esta interesante película, así como un “como se hizo” y varias críticas por parte de aficionados.
 
 
¡Vaya sorpresa le espera al cura interpretado por Hal Holbrook! (The Fog, 1980).
 
 
Calificación global: 73/100