martes, 20 de marzo de 2018

La Emperatriz Yang Kwei Fei (Yôkihi, 1955)


Entre el grupo de directores japoneses con un reconocido prestigio internacional, Kenji Mizoguchi siempre ha tratado de mostrar sus ideas sobre temas coetáneos a través de historias tradicionales de su entorno en el Lejano Oriente. Muy estilizado, y sin el pulso narrativo de Kurosawa, sus películas presentan una combinación de exotismo y tranquilidad que, tras muchas décadas, siguen interesando al cinéfilo por el refugio que suponen frente a la “casquería” actual. Hoy conoceremos un poco mejor a...

La Emperatriz Yang Kwei Fei


Ficha técnico-artística:
Título original: Yôkihi.
Año de producción: 1955.
Director: Kenji Mizoguchi.
Producción: Masaichi Nagata, Run Run Shaw.
Guión: Ching Doe, Matsutarô Kawaguchi, Yoshikata Yoda, Masashige Narusawa.
Fotografía: Kôhei Sugiyama.
Montaje: Kanji Suganuma.
Música: Fumio Hayasaka.
Reparto: Machiko Kyô, Masayuki Mori, Sô Yamamura, Eitarô Shindô, Eitarô Ozawa, Haruko Sugimura, Yôko Minamida, Tatsuya Ishiguro.
Género: Drama.
Nacionalidad: Japón.
Duración: 91 minutos.

Sinopsis:
En la China del siglo VIII, el Emperador llora la muerte de su esposa. La familia Yang desea proporcionarle una consorte de tal modo que puedan consolidar su influencia en la corte. El general An Lushan encuentra a una pariente lejana trabajando en su cocina y la educa para presentarla al Emperador. Este se enamora de la muchacha y la convierte en la princesa Yang Kwei Fei. Entonces, los Yang son nombrados ministros importantes, aunque An Lushan no recibe la posición en la corte que anhelaba. Los ministros se aprovechan de su cargo lo que origina una revuelta popular contra los Yang instigada por el mismo An Lushan.

El director Kenji Mizoguchi.


Comentario:
Esta película es la primera que el maestro japonés Mizoguchi rueda en color... pocos años antes de su muerte (de hecho es uno de sus últimos largometrajes). Este hecho anecdótico llama la atención por cómo se encuentra construida esta historia, narrada a modo de un largo “flashback” en el que un anciano emperador, apartado de la dirección de su imperio, recuerda (poco antes de morir) cómo conoció, amó y perdió a su segunda esposa, la emperatriz Yang Kwei Fei que da título en castellano a este film.

El Emperador se mezcla con el pueblo y disfruta de la sencillez (Yôkihi, 1955).


A partir de ese momento, el film nos sumerge en una historia de amor rodeada de conflictos (políticos, sociales y personales) en la que destaca el empleo de planos medios que muestran el dominio de Mizoguchi para componer la puesta en escena y, sorprendentemente, el uso del color para resaltar emociones o sugerirlas. Además, de esta maestría, el film se soporta a través de las sentidas y vívidas interpretaciones de los dos protagonistas principales (Machiko Kyô y Masayuki Mori) que son capaces de transmitir emociones sin necesidad de hacer grandes aspavientos y sin resultar pesados o poco convincentes.
Por el contrario, el ritmo del film es, quizá, excesivamente lento para el espectador occidental medio, acostumbrado a otras “velocidades” de narración. Asimismo, el hecho de que la película está rodada en decorados refuerza su carácter teatral y le aporta, junto con el empleo del color, la iluminación y la estilizada puesta en escena, un aspecto onírico a muchas secuencias. Esto no es óbice para disfrutar de un largometraje de excelsa calidad técnica. De hecho, se trata de una auténtica lección de composición de planos, encuadre y colocación de la cámara (destaca la búsqueda de la simetría en muchos de ellos). Es destacable el empleo de muy pocos primeros planos, que quedan relegados a momentos clave con gran carga emocional.

La familia Yang da el visto bueno a la futura princesa (Yôkihi, 1955).


Quizá no se trata de la mejor película de su director, se me vienen a la cabeza títulos como Historia del Último Crisantemo (Zangiku monogatari, 1939) o El Intendente Sansho (Sanshō Dayū, 1954), pero contiene suficientes elementos como para hacerla interesante a los aficionados al Séptimo Arte. A riesgo de comete “spoiler”, el final del film contiene un elegante uso de la elipsis para relatar la unión, tras la muerte, de dos espíritus enamorados.

Belleza en la composición de los planos (Yôkihi, 1955).


En resumen, La Emperatriz Yang Kwei Fei es una película interesante, reflexiva, que plantea temas profundos en un marco histórico que nos queda lejos tanto en el tiempo como en el espacio, con una puesta en escena muy cuidada en la que se aúnan calidad técnica y artística, a pesar de su ritmo excesivamente lento. En IMDB (https://www.imdb.com/title/tt0048820/?ref_=fn_al_tt_1) la valoran con un 7.4/10 tras la votación de 1234 usuarios de esta base de datos. En mi opinión, la película debería llegar a una mayor audiencia.

Calificación global: 73/100